La magia ahorradora la ponen las manos de Westerman
Unicaja Costa de Almería apuesta por cederla la dirección de juego al colocador brasileño, conocido en la entidad verde por sus años en el Benfica, que dará “más agresividad al equipo, además de liderazgo”
En virtud de la alianza de pretemporada entre Unicaja Costa de Almería y SL Benfica, que se lleva aplicando durante más de una década, la expedición ahorradora llegó a Lisboa allá por septiembre de 2021. Era el preámbulo de una temporada gloriosa, la del último título de Superliga conquistado. Al entrar al primer entrenamiento en el ‘Pavilhão da Luz’, junto a la red, subido a una tarima estaba mandando balones al aro por punta una joven perla. Era el colocador brasileño Bernardo Westermann a sus 23 años, de una calidad que se podía pesar en quilates. Llegó a ‘Las Águilas’ tras ocho años ‘haciéndose’ en Brasil, para acabar de pulirse en Europa, habiendo brillado en las selecciones inferiores de su país.
Pablo Ruiz estaba también recién llegado, pero a las filas verdes como segundo entrenador, y tomó nota de las posibilidades de un jugador talentoso y físicamente fuerte. Pasados ya cuatro años desde aquel primer encuentro, sus caminos se cruzan para andar juntos en el primer proyecto netamente construido por el almeriense. El colocador elegido por el técnico es, efectivamente, Westermann, de 194 centímetros y con 27 años que le otorgan madurez. Procede del VC Viana / Casa Peixoto / IPVC de Portugal, donde ha militado una campaña después de lucir los colores de Benfica las tres anteriores. Desde Botafogo en 2012, cuando tenía 14 y era un niño prodigio, hasta el día de hoy, se ha construido un jugador de garantía.
A él se le da la confianza de dirigir el juego de Unicaja Costa de Almería para la 2025/2026, y llega teniendo muy claro lo que quiere dar: “Intento añadir un poco más de agresividad al equipo, además de liderazgo”. El porqué de su fichaje por las filas ahorradoras se encuentra en parte en aquellas experiencias de pretemporada: “Los dos primeros años que jugué para Benfica, nos medimos a Almería al principio de la temporada, y aunque todavía no conocía las competiciones en Europa, sí me di cuenta de que Unicaja tenía un gran prestigio”. Ahora defenderá sus colores tras recibir “una oferta de mi representante”, textualmente, la cual ha aceptado porque “quería conocer a algunos jugadores contra los que había jugado antes”.
En su interés también sitúa “al entrenador y a algunos otros jugadores frente a los que no he jugado, pero que considero muy importantes para el proyecto”. De la platilla verde tiene más referencias “de Borja Ruiz y de Paquillo Fernández, que son excelentes jugadores”, y está deseando “conocer un poco mejor a los demás”. De él se sabe lo que dará, aunque él mismo lo confirma: “Suelo ser comunicativo para conectar con los atacantes y me esfuerzo por mantener la interacción y la confianza entre todos”. Dicho eso, se adapta perfectamente a sus compañeros y al sistema de juego, si bien explica cómo está más cómodo: “No tengo preferencia por los atacantes, pero admiro a los que ejecutan su labor con bola rápida”.
Nada es casualidad en Bernardo Westermann, porque ha vivido voleibol durante toda su vida: “Mi primer contacto con este deporte fue a través de mi padre, que fue la persona que me animó a empezar a practicarlo”. Sus inicios están “en Río de Janeiro”, en concreto “en el Club de Voleibol Niterói, y luego en el Botafogo”. Comenzó su formación “en el Sesi São Paulo, donde también pasé mi primera temporada en el equipo profesional de adultos”, ha explicado para añadir a la narración de su carrera que jugó “en clubes del estado de Minas Gerais hasta mi primera experiencia en el extranjero, donde llegué a Benfica y hoy tengo la oportunidad de representar al Almería”, textualmente.
De ese recorrido se queda con varios referentes de enorme relevancia internacional, de los que ha aprendido a través de la admiración: “Tuve la oportunidad de compartir la pista con grandes campeones olímpicos, como Bruninho, Serginho y Murilo, entre otros”. Sin dudarlo, reconoce la importancia de ese bagaje: “Esta etapa fue la más memorable para mí”. España es su destino, y además de a Unicaja Costa de Almería conoce de modo directo otros dos clubes más: “Ya he jugado contra Guaguas y Soria; sé que son equipos con mucha tradición en la Superliga, y algunos otros los he conocido esta última temporada, aunque no he tenido la oportunidad de jugar ningún partido contra ellos”.
La alternancia de visitas entre ahorradores y águilas le ha llevado a visitar Almería en alguna pretemporada anterior, “pero no he visto mucho”, reconoce, aunque, eso sí, lo poco fue ya suficiente para saber que será feliz aquí: “Por lo que vi, me encantó la belleza de la ciudad y su agradable clima, así que tengo muchas ganas de conocerla más y disfrutarla”. Y siendo un promesa hecha realidad, sus últimas palabras son a Jesús Ríos, el chico de 18 años con el que compartirá posición: “Por supuesto, me alegra poder compartir espacio con alguien joven, aprender de sus experiencias y poder transmitirle algo de las mías, y estoy seguro de que aportará mucha energía al equipo”. Westermann tiene la llave, y sabe cómo girarla.