La bisoñez lastra a un Arenal Emevé que cae en casa ante CID Jovellanos

La juventud puede ser un divino tesoro, pero en otras ocasiones también un factor que no ayuda en momentos decisivos. Bien lo sabe José Valle que disfruta de un equipo con un porvenir brillante, pero que también sufre esos momentos de desconexión que en muchas ocasiones acaban lastrando en el desarrollo de los partidos. Ejemplo práctico: el duelo que midió a los lucenses con el CID Jovellanos de Gijón y que acabaron perdiendo cuando nadie podía imaginarse tal final viendo el desarrollo del primer set. 

La contundencia en la red, con bloqueos de Mitoulis y Pablo Villar, sumada a los errores en ataque de Jovellanos permitió a los de casa contar con cómodas ventaja en el inicio del primer parcial. Los de José Valle, que llegaron a contar con rentas de hasta 9 puntos (14-5) cometieron el error de relajarse para darle alas a un Jovellanos que, con un parcial de 1-6, obligó a José Valle a pedir tiempo muerto cuando el marcador reflejaba un marcador más igualado, 15-11. La pausa sirvió para que el técnico de Abadín le pidiese ajustes a los suyos, pero para entonces el duelo ya estaba instalado en una dinámica muy igualada. Con 18-16 el entrenador local probó con el cambio de fichas para ver si así daba con la tecla y dio entrada a Lautaro Barrionuevo en lugar de Alejandro Torres. Tampoco surtió efecto ese movimiento para un José Valle que tuvo que agotar sus tiempos muertos con un peligroso 22-22 en un set que parecía coser y cantar en los primeros puntos. Al final fue cuestión de saber sufrir en los puntos decisivos en los que Mitoulis y Tomás Zazo acabaron cerrando el set para los de casa por 25-23.

El inicio del segundo acto no trajo mejores sensaciones para los de casa que seguían con la caraja que puso en peligro el primer set. Un Jovellanos en línea ascendente pronto tomo ventaja en el electrónico (5-9) y José Valle paró el partido para intentar detener la hemorragia. Oscuro panorama par unos Loitadores que tuvieron que ir a remolque toda la manga y que sólo supieron sobreponerse cuando se vieron al borde del precipicio con el marcador reflejando 18-22. Ahí sí, los lucenses subsanaron sus errores para igualar el marcador a 22. Y cuando todo parecía que la flecha del viento cambiaba de sentido, el Arenal Emevé tiró todo por la borda condenándose con tres errores consecutivos que le daban a Jovellanos el empate (22-25). 

El tercer set ejemplificó a la perfección el pecado que más condena a la jovencísima plantilla del Arenal Eemevé: la irregularidad fruto de la experiencia. Los Loitadores tan pronto arrancan con un 8-3 que ilusiona a la afición del Municipal, como luego encaja un 2-7 a continuación que le devuelve a la realidad. Esa incostancia hizo que por momentos los de José Valle tuvieran fases muy buenas en la recepción y el ataque, llevándoles a manejar el set hasta un 21-18 que les hacía acariciar el 2-1, que alternaban con apagones como el que sufrieron al final del parcial. De nuevo esa inocencia fue una condena en forma de 2-7 para acabar cediendo el set 23-25. 

Ese final fue un duro golpe que tuvo efecto en cuanto se reanudó el juego. Abatidos, los Loitadores no encontraban su sitio en la pista y veían como Jovellanos se marchaba con comodidad desde muy pronto. Tal fue así, que Valle ya había agotado sus dos tiempos muertos con 2-9 en un intento desesperado por despertar a los suyos. Lo cierto es que el técnico de Abadín necesitaba un milagro para lograrlo, porque su equipo se había quedado tan frío como la gélida noche que contagiaba al Municipal. Lo cierto es que lo intentaron e incluso estuvieron cerca de conseguirlo, logrando llevar el partido a los puntos clave en un 20-22 que parecía imposible cuando perdían 9-18. Pero en esa zona decisiva volvió a demostrarse que la juventud penaliza mucho al equipo lucense y CID Jovellanos acabo cerrando una muy valiosa victoria gracias al 21-25 que subía el 1-3 final.  

Informa Arenal Emevé